Capítulo 18: Fase Omega

El laboratorio clandestino olía a cloro y ambición. Rook observaba tras un vidrio blindado cómo científicos anónimos inyectaban el ADN robado en embriones humanos. Las muestras de Kai, Lyra y el niño-dragón brillaban bajo luces ultravioleta.

—El Sujeto Alpha es inestable —dijo un técnico—. Pero el material de la Omega… eso es revolucionario.

En una pantalla, un holograma mostraba a Lyra: sus modificaciones genéticas se replicaban en tiempo real, superando incluso el ADN dragón en adaptabilidad.

Rook sonrió por primera vez en años.

—Activen el protocolo de crecimiento acelerado. Nuestros patrocinadores quieren un ejército para ayer.


A bordo del “Tifón” – Rumbo a las Marianas

El buque de investigación militar se mecía en aguas inquietas. Lyra, en cubierta, extendía sus nuevas membranas al viento salado. Desde el Amazonas, las transformaciones habían avanzado:

  • Uñas convertidas en garras curvadas de rapaz.
  • Ojos con pupilas que se dividían en cuatro bajo estrés.
  • Huesos huecos, como los de un ave.

—¿Sigues siendo tú? —Kai se apoyó junto a ella, las escamas de su rostro reflejando la luz de la luna.

Lyra cerró las manos, ocultando las membranas.

—No lo sé. A veces sueño que vuelo… pero no sobre la Tierra.

Un pitido los interrumpió. Era Jax, pálido, desde la sala de control.

—¡Tienen que ver esto!


El Guardián de las Marianas

Las pantallas de sonar mostraban un serpenteo de sombras a 10,902 metros de profundidad. Demasiado grande para ser un calamar gigante. Demasiado articulado para ser natural.

—¡Eso no está alrededor del huevo! —Chen ajustó los controles—. ¡Lo está protegiendo!

Las imágenes se ampliaron. Entre los tentáculos, un destello: el huevo, negro como el espacio, pero con pulsaciones rojas.

Xiao Zhao, atado a una silla por seguridad, comenzó a convulsionar.

¡Reina de Huesos viene! ¡Ella trae el Eclipse! —gritó con voz que no era la suya—. ¡Todos morirán bajo sus alas!


Preparativos Peligrosos

—Bajaremos en el sumergible “Abismo” —ordenó Kai, revisando los trajes de presión—. Lyra, tú vendrás.

—¿Yo? —ella parpadeó—. No tengo entrenamiento en inmersiones profundas.

Kai la miró directamente.

—Pero ella sí.

Señaló las membranas de Lyra, que ahora brillaban bajo la luz UV igual que en los informes de Rook.

Chen intervino, mostrando un scanner.

—Tus pulmones se están modificando. En 48 horas, podrás extraer oxígeno del agua como un pez.


La Traición se Materializa

Mientras el equipo se preparaba, una lancha rápida se acercó al “Tifón”. Rook descendió con cinco figuras encapuchadas.

—Tienen hasta que alcancemos las Marianas —les dijo—. Luego, el buque desaparecerá.

Uno de los encapuchados asintió, revelando un tatuaje en el cuello: el símbolo del Proyecto Eclipse, pero con un ojo añadido.

—La Reina de Huesos espera su tributo.


Sumergible “Abismo” – Primera Inmersión

A 1,000 metros de profundidad, las luces del sumergible apenas iluminaban la negrura. Lyra, en un traje adaptado a sus garras, observaba el abismo.

—Algo nos mira —susurró.

Kai activó los sensores externos.

No eran ojos lo que apareció en las pantallas.

Eran huesos: una estructura gigantesca, como el esqueleto de un dragón marino, moviéndose entre las corrientes. Y en su centro, protegido por costillas arqueadas, el huevo palpitaba.

Entonces, el sonar detectó movimiento por encima de ellos.

El “Tifón” estaba cambiando de rumbo… directamente hacia su posición.

Capítulo 19: Abismo Llamando

El sumergible “Abismo” crujió bajo la presión implacable de las profundidades. Las luces parpadearon cuando el “Tifón” sobre ellos activó sus hélices a máxima potencia, creando un remolino que los arrastraba hacia el lecho marino.

—¡Maldición! —Kai se aferró a los controles—. ¡Rook está intentando aplastarnos!

Lyra vio el medidor de profundidad saltar de 1,200 a 1,500 metros en segundos. El casco comenzó a gemir.

—¡Tenemos que salir! —gritó Jax desde los controles—. ¡No estamos diseñados para esta presión!

Fuera, en la oscuridad, los huesos del dragón marino comenzaron a moverse hacia ellos.


El Primer Aliento

El sumergible impactó contra un arrecife submarino. Una grieta serpenteó por el vidrio de la ventana frontal.

—Nos quedan minutos —Kai revisó los tanques de oxígeno—. Hay una salida de emergencia.

Lyra miró sus manos. Las membranas entre sus dedos ahora brillaban con fluorescencia azul.

—Déjenme salir primero —dijo, desabrochándose el arnés—. Creo que puedo respirar.

Antes de que pudieran detenerla, activó la esclusa manual.

El océano la engulfió.


Adaptación

El frío fue un cuchillo. La presión, un yunque. Pero entonces…

Inhaló.

El agua pasó por sus pulmones modificados, extrayendo oxígeno como si fuera aire. Sus ojos se adaptaron, viendo en la oscuridad como si fuera mediodía.

Y entonces, lo vio.

El esqueleto no estaba reanimado. Estaba poseído por miles de criaturas parecidas a anguilas que se retorcían dentro de sus huesos, moviéndolo como marionetas.

Y en la caja torácica del monstruo, el huevo pulsaba al ritmo de un corazón.


Rescate

Lyra nadó de regreso al sumergible, ahora a 1,800 metros. Con sus nuevas garras, cortó el casco como si fuera papel aluminio.

Kai y Jax salieron flotando, sus trajes de presión aguantando por ahora.

Allí —Lyra señaló hacia el esqueleto—. ¡El huevo está controlando a esas cosas!

Kai intentó hablar, pero solo salieron burbujas. En cambio, señaló su espalda: sus escamas brillaban con la misma luz que el huevo.

Estaba siendo llamado.


La Trampa

Fue entonces que las anguilas los notaron.

En masa, abandonaron el esqueleto y se lanzaron hacia ellos. Jax gritó cuando una se clavó en su traje, inyectando un líquido negro.

Lyra reaccionó instintivamente: sus membranas liberaron un brillo violeta que quemó a las criaturas al contacto.

Pero eran demasiadas.


Intervención Inesperada

De lo más profundo de la fosa, algo enorme se movió.

Una figura femenina hecha de huesos de ballena y coral vivo surgió, aplastando a las anguilas con un solo movimiento.

Reina… —pensó Lyra, recordando los dibujos de Xiao.

La criatura los miró con ojos que eran cráteres vacíos, luego señaló hacia el huevo.

Tomenlo y huyan —su voz resonó directamente en sus mentes—. Antes que Él despierte.


Superficie – Caos

El “Tifón” ardía en la superficie. Desde abajo, vieron figuras saltando por la borda mientras un segundo barco, negro y sin insignias, disparaba contra él.

Rook había sido traicionado.

Kai tomó el huevo (que cabía en sus manos pero pesaba como una montaña) y nadó hacia arriba, arrastrando a Jax. Lyra cubrió su retirada, sus membranas ahora emitiendo pulsos de luz que alejaban a las anguilas.

La Reina de Huesos los observó irse, luego se desintegró en el abismo.


Isla Desierta – Atardecer

Varados en una playa desconocida, el equipo evaluó los daños:

  • Jax tenía una infección negra trepando por su brazo.
  • El huevo ahora se adhería a la piel de Kai como un parásito.
  • Lyra ya no podía respirar aire normalmente; sus pulmones exigían agua cada diez minutos.

Y en el horizonte, el segundo barco se acercaba.

Xiao Zhao, que milagrosamente había sobrevivido al ataque, señaló hacia él con calma.

Ella viene. La que lleva los huesos de Isolde.

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